PERU: VELARDE EN CAPILLA

El Banco Central de Reserva (BCR), isla dorada y poder paralelo en el Perú, tendrá que rendir cuentas del papel que jugó la Política Monetaria en la recesión y la inflación que padece el Perú.

Julio Velarde Flores, presidente del BCR del Perú, inamovible desde 2006, vio pasar a 9 presidentes de la República mientras él se convertía en el “banquero de lujo” aplaudido por la Banca local e Internacional. Sus “méritos excepcionales” lo convirtieron en un funcionario “intocable” para la crítica. Solo había que “dejarlo trabajar” para que recupere el rango meta de la inflación anual (1 a 3%) perdido en su propia gestión.

La constatación fáctica del fracaso de su gestión ha puesto fin a aquel estatus de intocable. La lucha contra la inflación prometida a los tres últimos presidentes es un fiasco. Su contribución a la reactivación de la economía fue un discurso que no evitó la recesión. En un marco sin control, la banca lucró, las Reservas Internacionales Netas (RIN) (30% del PBI) se desperdiciaron como factor de equilibrios macroeconómicos, se dejó flotar el tipo de cambio debilitando el sol, la inflación es más del doble del rango meta y la recesión es incuestionable.

Ese es el resultado de la gestión del “banquero de lujo”. Durante los casi 4 lustros como presidente del BCR, Velarde se las arregló para pasar inadvertido para el gran público.  Su presencia estaba reservada para “públicos especializados” que cada trimestre lo escuchaban leyendo un PPT denominado “Reporte de Inflación” que incluía muchos temas que trascendían la coyuntura y la inflación. En esos reportes estaban las señales de la recesión que hoy padece el Perú. ¿Cómo es que Velarde no pudo darse cuenta de esa realidad? ¿Por qué negaba su inminencia cuando sus “técnicos de primera” se lo decían con números y gráficos?

Mientras él, fascinado por los reflectores, disfrutaba de “éxitos” y “reconocimientos”, el ministro de Economía y Finanzas, Alex Contreras, hacía el “trabajo sucio” frente a la opinión pública negando la recesión con inflación alta. Ni siquiera el FMI se atrevió a tanto, pero eh ahí el poder de don Julio que, sin reparar que su genialidad hacía agua, insiste en negar la recesión e intenta maquillar el fracaso de “su lucha contra la inflación”.

Aunque la crítica llega con alguna tardanza, el “intocable” se resiste a creer que éstas vengan de voces autorizadas que en el pasado le rendían pleitesía. Sus informes trimestrales, convertidos en rituales burocráticos son soporíferos para los “calificados auditorios”. Ya no hay más aplausos ni halagos.  Ahora conviene, dicen los poderes fácticos, guardar “prudente distancia” de quien ya no parece serles muy útil. Si Alex Contreras fue lapido por su incompetencia, Velarde podría ser lapidado por su fantasiosa “infalibilidad”. 

¿Por qué fracasó la Política Monetaria dirigida por Velarde? Van algunas razones:

1.            Manejo semicolonial de las Tasas de Referencia. Imitar a la FED fue su fracaso.  Suponer que la economía peruana reaccionaría como la de EEUU con cada alza en las tasas fue un craso error. Subirlas de 0.3% (ene. 2021) a 7.5% (ago. 2023), encareció el dinero y el crédito para la producción, disminuyó la masa monetaria y generó una enorme capacidad ociosa en el aparato productivo.

2.            Esa política de Tasas estuvo pensada para detener la ola inflacionaria y recuperar el rango meta.  Según el BM, la inflación en el Perú será mayor al 8% al final de 2023, derivado mayormente del alza de precios en alimentos que alcanzará los dos dígitos. Esta situación terminó erosionando el poder adquisitivo de los ingresos y, por tanto, redujo la demanda.

3.            Las RIN fueron consagradas a algún fin que el Perú no conoce. Otros países, como Bolivia, lo usaron para evitar la inflación y, a la vez, evitar la recesión. Como pocos países, el Perú tiene niveles altos de RIN (30% del PBI), con los cuales se hubiera facilitado una Política Monetaria y Fiscal expansiva, lejos de temores a dogmas emanadas del FMI. 

¿Qué logró Velarde y su Política Monetaria? Recesión e inflación. Este “banquero de lujo”, ante las evidencias de su fracaso viene diciendo que “estamos en una situación monetaria muy difícil, la inflación continuará y el próximo año podría ser peor”.  ¡Ni más ni menos!

Pese a lo dicho, que puede ser comprobado en cualquier fuente oficial, quienes están encargados de buscar culpables de la recesión+inflación por fuera de la Política Monetaria y Fiscal, insisten en decir que las protestas sociales son las que la provocaron. Falso. Todos saben que la recesión comenzó en el 3er. trimestre de 2022 y las protestas sociales son de 2023. 

También, muy circunspectos, suelen culpar al fenómeno del Niño.  Es cierto que el sector pequero y agropecuario están siendo afectados duramente, pero no se hizo nada para mitigar sus impactos. Un Plan de Contingencia y un Plan de Reconstrucción hubieran sido de oportunos.  Y en el caso de la inflación, es comprobable que ésta se acelera en enero 2021, para terminar bordeando el 10% durante 2022. O sea, buscar razones para por fuera de la Política Monetaria y Fiscal no explican la recesión con inflación en el Perú.

Otro factor que señala el oficialismo es un “entorno internacional muy desfavorable”.  Esta es una verdad a medias.  Es cierto que el petróleo, el maíz y el trigo subieron de precio por la guerra en Ucrania. Pero también es cierto que los precios de nuestros minerales de exportación estuvieron en sus mejores niveles. Entonces, si los hacedores de política monetaria y fiscal hubieran querido, el Perú no estaría enfrentando la recesión+inflación.

En conclusión, no es un tema de buscar responsables por fuera de la casa que se derrumba por causas propias, sino buscar la respuesta en el manejo monetario y fiscal que debiera ponerse en marcha de aquí para adelante.

Por ejemplo:

•              Bajar las tasas de interés y aumentar el gasto público.  En otras palabras, el Perú requiere de inmediato un golpe de timón en su Política Monetaria y Fiscal para cambiarle su carácter recesivo a uno de corte expansivo.

•              No más temores dogmáticos al incremento del déficit fiscal, pues con solo duplicarlo podríamos tener los recursos para encarar la recesión con inflación. Países vecinos se las arreglan con niveles de déficit que duplican el del Perú.

•              Terminar con la falacia de que a las regiones les “falta de capacidad de gasto”.  Solo denles la plata a tiempo y no al final de ejercicio. Una de las formas que el MEF tiene para mantener el déficit fiscal en los niveles que le exige el FMI es evitar que las regiones gasten todo lo que se les presupuesta.

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