En una histórica cumbre de líderes sudamericanos celebrada en Brasilia, los presidentes de la región se reunieron para discutir la necesidad de fortalecer la unidad regional y abordar diversos temas de importancia. La cumbre, convocada por el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, marcó un hito en la búsqueda de la integración sudamericana, tras años de distanciamiento y divisiones.

Durante el encuentro, Lula presentó diez propuestas clave para el futuro de la región, entre las que se destaca la profundización de la identidad sudamericana en el ámbito monetario, la reducción de la dependencia de monedas extrarregionales y la priorización de proyectos de integración física y digital de alto impacto. El mandatario brasileño hizo hincapié en que la unión de América del Sur es fundamental para alcanzar el desarrollo pleno de la región y afirmó que la integración debe ser un objetivo permanente.

Otros líderes sudamericanos también expresaron su compromiso con la unidad regional. El presidente de Argentina, Alberto Fernández, destacó la importancia de aprender de los errores pasados y evitar la división en momentos críticos como la pandemia. Por su parte, el presidente de Bolivia, Luis Arce, abogó por un mecanismo de concertación y diálogo que permita proyectar a la región como una fuerza colectiva en un mundo multipolar.
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, hizo un llamado a formar una voz unificada de la región latinoamericana como mecanismo de defensa en un panorama mundial crítico. Mientras tanto, el presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, resaltó la importancia de fortalecer la democracia, la libertad y el respeto a los derechos humanos en la integración regional. El presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, instó a utilizar los mecanismos existentes para estrechar los lazos regionales y evitar la creación de nuevas instituciones.
En el comunicado oficial titulado «Consenso de Brasilia», los líderes sudamericanos reafirmaron la visión común de que América del Sur es una región de paz y cooperación. Se comprometieron a trabajar por el incremento del comercio y las inversiones entre los países, así como mejorar la infraestructura y la logística. Además, acordaron mantener un diálogo regular y programaron una próxima reunión para repasar las iniciativas de cooperación sudamericana y determinar los próximos pasos a seguir.
La ausencia de la presidenta de Perú, Dina Boluarte, en la cumbre sudamericana fue notable. Aunque envió un delegado en su representación debido a impedimentos legales para salir del país, su ausencia se percibió como una pérdida en la búsqueda de la unidad regional. La participación activa de todos los líderes sudamericanos habría fortalecido aún más el diálogo y la cooperación entre los países. Sin embargo, a pesar de su ausencia física, se espera que Perú continúe comprometido con los objetivos de integración y cooperación regional establecidos en la cumbre, trabajando en conjunto con los demás países para fortalecer la región y enfrentar los desafíos comunes.
En resumen, la cumbre sudamericana en Brasilia representó un hito en la búsqueda de la unidad regional. Los líderes sudamericanos destacaron la importancia de la integración y presentaron propuestas para fortalecer la identidad sudamericana, reducir la dependencia de monedas extrarregionales y priorizar proyectos de integración física y digital. La reunión concluyó con un compromiso de mantener el diálogo y programar futuros encuentros para seguir avanzando en la cooperación sudamericana.