Marden Rojas (*)
Como aficionado de la historia, confieso que de joven nunca entendía porqué el 28 de julio celebrábamos la Independencia Nacional si España todavía controlaba gran parte del territorio nacional y el ejército realista al mando del virrey La Serna, era una amenaza latente para las naciones recién independizadas como Argentina y Chile.
¿Qué celebramos el 28 de julio? ¿La salida de Lima del virrey La Serna al mando del ejército realista, conformado en un noventicinco por ciento por peruanos? ¿La cobardía de San Martín de enfrentar a Canterac en setiembre de 1821? ¿Qué festejamos el 28? ¿La independencia de Lima?
Por otra parte, Simón Bolívar, a pesar de ser un hombre muy educado y culto, no me gustó cuando escribió la famosa «Carta de Jamaica» el 6/9/1815 y se expresa así de nuestro país: «El Perú, por el contrario, encierra dos elementos enemigos de todo régimen justo y liberal: oro y esclavos. El primero lo corrompe todo; el segundo está corrompido por si mismo. El alma de un siervo rara vez alcanza a apreciar la sana libertad; se enfurece en los tumultos, o se humilla en las cadenas». Al final, Bolívar, nos dejó en manos realistas, tanto nadó el zambo para morir ahogado en la orilla.
Volvemos a JdSM. El marino inglés Basil Hall («quien estuvo cerca a él ese día») dice: «Fue una cuestión de exhibición y del todo repugnante a sus gustos. A veces me pareció detectar en su rostro una expresión momentánea de paciencia o desprecio de sí mismo por haberse prestado a semejante farsa…» (Citado por Timothy Anna en el libro «La independencia del Perú ¿Concedida, conseguida o concebida?).
A punta de lecturas entendí, entonces, que los brutos y achorados del siglo XIX nos habían vendido la independencia nacional como una magnífica mentira y como un colorido espectáculo circense.
Sinceramente lo peor que pudo pasarle al Perú son las clases dominantes que crearon un Estado para su sevicio y consolidaron un país dominado, en el plano interno por ellas y externamente por el gran capital extranjero.
Nunca se preocuparon por forjar la identidad nacional y mucho menos de ofrecer al Perú un modelo de desarrollo. 202 años después y los peruanos no sabemos lo que somos y hacia dónde vamos. Como a inicios de la República, seguimos siendo un territorio de «desconcertadas gentes».
Con razón que cuando Jorge Basadre se pregunta, qué fue en conjunto el Perú Republicano? Se responde: «Esperanzas inmensas, ruido de caballos y disparos, oportunidades que se pierden, capacidades malogradas, dulzura y crueldad».
Jorge Basadre G. Historia de la República. Tomo XI pp. 305-338.
Fin de la Serie «La gran estafa de la independencia».
(*) Investigador