Luis Zambrano Rojas, párroco de la parroquia Pueblo de Dios del distrito de San Miguel, denuncia que las muertes y heridos durante las protestas de Juliaca del 7, 8 y 9 de enero fue el resultado de una masacre perpetrada por la políciá que llegó a matar.
El sacerdotes señala que “los días 7, 8 y 9 de enero hubo una gran protesta en Juliaca, marchas que protestaban contra la presidenta Boluarte, y cuando la gente protestó el 9 de enero cerca al aeropuerto y en otras arterias lejos del aeropuerto, recibió una feroz agresión por parte de la policía”.
Apesadumbrado, el párroco señalando un montículo de casquillos de las bombas lacrimógenas y perdigones, señala que “posteriormente vinieron a la parroquia, mamás, viudas, huérfanos, familiares de los asesinados y heridos y, por la confianza que tienen a la parroquia trajeron “un poquito” de lo que pudieron recoger cuando hubo esta agresión”.
Relatando lo ocurrido precisa que “por tierra los policías tiraban bombas lacrimógenas, también perdigones por doquier, el primer muerto no fue por bala, sino por tanto perdigón que le cayó en la espalda”.
Continúa diciendo que “nunca había visto yo y lo vi por primera vez, que los helicópteros daban vuelta encima de esa muchedumbre y tiraban también bombas lacrimógenas y perdigones contra muchos de ellos que ni siquiera estaban participando en la protesta”.
Recordando los lamentables sucesos afirma que entre los fallecidos “hay adolescentes, hay un chico que estaba saliendo de un centro de cómputo y su mamá lo estaba esperando en otro lugar, una chica que estaba con su mamá llevando alguna cosa para vender, un señor que había venido del campo y estaba vendiendo helados, que fue el primer muerto porque le cayeron tantos perdigones y de tan cerca que lo mataron”.
“La policía que no era de esta zona, sino que era traída de Lima y que se llama la Dinoes, ha disparado a matar, de la cintura para arriba. Sólo un herido tenía una herida en el tobillo…han venido a matar. Eso yo lo denuncio”, señala.
