Todas las intervenciones públicas del Ministro de Economía y Finanzas, Alex Contreras, siempre han estado inyectada de optimismo. Sus primeros meses, no solo era un derecho que se le reconocía, sino que había que darle el beneficio de la duda. Pero luego, cuando los indicadores tronaban diciendo que la economía peruana estaba en franco proceso de desaceleración, este “alto funcionario” no veía ni oía nada.

La tendencia de que el PBI caería a niveles sin precedente no tenía un punto de retorno a la vista. Eso lo veían sus patrones del FMI y el BM, pero Contreras no veía ni oía nada que pudiera sacarlo de ese “optimismo” convertido, a pulso, en la mayor estupidez que le está haciendo daño a la economía peruana. No solo porque los inversionistas no ven “condiciones” para invertir y que la “confianza” se hizo humo. No, no me preocupan ellos, pues no se morirán de hambre con la recesión como si lo harán millones de niños y pobres que hoy no saben de dónde vendrá su comida de mañana.
Contreras parece un zombi. Incluso El Comercio lo admite: en el Perú de hoy tenemos recesión (3 trimestres con cifras negativas) y es urgente un cambio de “pilotos automáticos”. Más claro ni el agua. De manera patronal, el diario conservador, le espeta diciendo que debe tomar medidas para recuperar “credibilidad y confianza”, del sector privado cuyos niveles de inversión caerán este año en casi 6%. Esto es verdad, pero ellos salvan su plata completita.
No entraremos en la danza de las cifras de la crisis que ha terminado desquiciando a los generadores y maquilladores de información. Nos limitaremos a lo indispensable. Hace buen tiempo que el INEI por un lado y, por otro, el BCR+MEF bailan con ritmos diferentes cuando se refieren al desempeño macroeconómico de nuestro país. Mientras el primero va corrigiendo las cifras que nos dan los segundos, éstos se desgañitan diciéndonos, con PPT coloridos, que la economía está bien pero estamos jodidos. Disculpen la palabra. Ese “optimismo” es estúpido.
Tres trimestres, el MEF y BCR se han pasado diciendo que, pese a los indicadores, tenemos un “escenario optimista y la recuperación” está asegurada a partir del “siguiente mes” y, cínicamente, nos mostraban proyecciones con signo positivo. Ese siguiente mes nunca llegaba y, sin ningún rubor, en su siguiente aparición, la dupla Velarde-Contreras “corregía a la baja” sus inútiles proyecciones. Con esa cantaleta nos han tenido desde cuando nos dijeron hace 10 meses que creceríamos el 2023 en 3.6%, luego dijeron 2.9% y 2.2%, hasta cuando admitieron que no creceríamos sino al 1.1%. Para la estupidez de Contreras debe ser una pesadilla saber que no creceremos ni siquiera al 0.4%. ¿Estará enterado?
El desempeño de Contreras es la mejor prueba de la mediocridad que caracteriza la gestión del gobierno de Dina Boluarte, títere y sin ninguna posibilidad de dirigir este gobierno. Su incapacidad de comprender adecuadamente las condicionantes externas e internas de nuestra economía, así como los impactos del niño costero y global, es proporcional a su pequeñez intelectual.
Sao Paulo, 24 de setiembre de 2023